"Romance de la pena negra"
Gloria Cantero Martínez, aficionada
En el encierro, un joven resultaba fuertemente corneado por un novillo que, tras quedar lesionado, fue aprobado, saliendo en segundo lugar, para posteriormente ser devuelto a los corrales. Hubo tal descoordinación en la plaza, que la acción se hizo larga en el tiempo, tediosa y desesperante.
Con la aparición del sobrero, de la ganadería de San Miguel, otro infortunio. Derrota en un burladero, y se parte el pitón por la cepa. ¿Hasta cuándo vamos a soportar que algunos subalternos sean los causantes con sus modos, de estos accidentes?. Fue estoqueado en la plaza por Pablo Belando, novillero murciano que venía a Calasparra voluntariamente colocado para lidiar los Aguirre. Pero no sólo valen las ganas, los deseos, que los hubo, con el segundo de su lote, al que recibe con una larga cambiada ajustada y de riesgo, pues el novillo de salida apuntaba maneras de bravo. La falta de oficio del espada y esos recursos tan repetidos por los novilleros calcados del panorama "toreril 2.0" (Enrique Martín dixit), frente a un novillo que, aunque se fue apagando, pedía ser enganchado con la muleta puesta, con firmeza y temple, destapó al murciano. Mata mal, pero pesó el paisanaje y se le concedió un apéndice de saldo.
Mazzantini, novillero cordobés, comenzó la faena del primer novillo arrebujado en una seguridad falaz, sentado en una silla, dejó un trincherazo con cierta importancia, e incluso vimos torear por bajo de bellas formas, pero no se acopló, dejando ir sin torear a un toro con un pitón derecho aceptable. La faena estuvo llena de enganchones, careció de ajuste y la aparente solvencia del espada se esfumó.
Borja Álvarez, alicantino, constató la triste realidad que tanto denunciamos, sufrimos y padecemos, cual "pena negra", aquellos que seguimos en la esperanza de ver torear "en verdad", "en novillero" y que tarde tras tarde nos damos de bruces con el desconsuelo de no hallar nada en el escalafón. Y es que, podemos llegar a entender determinadas carencias, pero el empleo hasta la saciedad de la trampa, nos hastía y nos confunde. Su cuadrilla protagonizó unos tercios de varas nefastos, aquello se convirtió por momentos en una capea de mal gusto. ¿Ni siquiera estamos para poner orden ni concierto?...Tuvo una buena oportunidad con su segundo novillo, el último de una tarde pesada e interminable, el cual, a pesar de embestir rebrincado, tenía movilidad y cierta transmisión, pero ya saben Uds., si no nos sale el carretón-amigo ¡no jugamos!. Corta una oreja, de la que aún me estoy preguntando el por qué de la concesión.
Pena de tarde la de hoy en La Caverina. Pena de novillos de una ganadería, tan esperada como flojos y descastados en el ruedo. Pena de la privación de los tercios de varas con toros que lo permiten. Pena de novilleros, que a pesar de no romper ningún burel, estuvieron muy por debajo de los mismos. Pena de toreo moderno, clonado, monótono, fraudulento y vulgar en el escalafón novilleril. Pena por tanto penar.