Me presento hoy en El Chofre.com, con una crónica de la corrida de Victorino en Santander. Mi nombre es Dani y soy de Colmenar Viejo, tierra de toros, y de ahí mi afición, la cual creo la mas bonita del mundo.
por Dani Borona
Comienzo mi crónica sobre la corrida de Victorino, en Santander, diciendo que fue una corrida cuatreña, desigual de presentación, justita de cara y algún que otro toro sospechoso de pitones.
Abrió plaza un ejemplar cárdeno oscuro, de nombre Vengativo y 525 kilos de peso, para el torero Francisco Marco.
Un toro que en los primeros tercios se mostró, descastado, reservón e incierto. Y en la faena de muleta llevaba una embestida muy desconcertante, girándose siempre rapidísimo sobre sus manos y buscando al matador. Esto provocó que Francisco Marco, no pudo ponerse en el sitio en ningún momento y tampoco sentirse seguro delante de la cara del toro. Quedando su actuación en silencio tras una estocada caída.
Saltó al ruedo el segundo de la tarde, de nombre Paquecreas con 511 kilos de peso y correspondiente a Javier Castaño.
Los comienzos tuvieron una cierta belleza, el toro se movía y metía la cara y Castaño se gustaba con el capote, dejando para el recuerdo una gran media en los medios como remate. En el tercio de varas, el toro recibió un tímido puyazo, y sorprendentemente el matador pidió el cambio quizás de forma precipitada, ya que el toro se veía claramente que había quedado crudo.
En el tercio de banderillas volvimos a presenciar otra gran labor de la cuadrilla de Castaño, con bregas de un solo capotazo para dejar al toro colocado y pares de banderillas de poder a poder. Saludaron como ya es habitual David Adalid y Fernando Sánchez.
En la primera tanda ya se pudo ver a un toro que se movía con mucha fuerza, y al que Castaño lanceó siempre rematando al toro arriba al final del muletazo lo que en su caso le hizo aprender. Al comenzar la segunda tanda el toro entro con la cara completamente arriba y sabiendo lo que detrás se dejaba. A partir de ahí se convirtió en una alimaña completamente orientado y sabiendo que tenia que ir a por el torero y no a la muleta. Castaño saco raza y casta para tragar con ese animal tan peligroso, al cual aun con esas, Castaño le intentaba bajar la mano, jugándosela realmente de verdad. Finalmente silencio para su actuación y una lección por parte de Castaño al reconocer en los micrófonos de la tele, que le tenía que haber picado más.
El tercero de la tarde, de nombre Mancheguito y con 486 kilos de peso, fue el toro mas entipado en la casa Victorino y de mas bonitas hechuras de toda la corrida. Le toca el turno a Luis Bolívar
Ya de salida el toro mostró una gran movilidad, y en el caballo se empleo bastante bien.
Luis Bolívar, hizo gala de ser un gran conocedor de esta casa, con un toro que en la muleta rápidamente se oriento y su mirada se salía de donde no debía. Por ello Bolívar se mostró dominador dejando la muleta siempre baja, puesta al finalizar el muletazo para comenzar el siguiente, y siempre bien tapado en todo el recorrido del muletazo. Mato de una gran estocada. Y recibió una oreja a esa labor dominadora.
Llegamos a la segunda parte de la corrida, con un cuarto toro llamado Baratero y de 586 kilos, correspondiendo su lidia y muerte a Francisco Marco de nuevo.
La verdad es que Francisco, el cual llevaba 3 corridas seguidas en 15 días, se llevo el peor lote de la tarde. Este Baratero poco le permitió hacer, siempre con la cara alta, distraído mirando y lo peor de todo, agarrado por completo al piso siempre. De nuevo silencio para Francisco Marco.
Turno para Castaño con un toro llamado, Vergueta y de 490 kilos de peso.
De salida el toro ya demostraba su humillación por el pitón derecho y su entrega a la hora de perseguir el capote.
En el tercio de varas, el picador Tito Sandoval, volvió hacer gala de su toreo con el caballo, al querer Castaño lucir al toro en el segundo puyazo. Ovación para Tito.
Ya en la muleta, desde un primer momento, Castaño mostró su oficio bajando en todo momento la mano, templando la embestida y aprovechando el gran recorrido que ofrecía el toro por cada muletazo por el pitón derecho. Llama la atención, como siempre Castaño lanzaba la muleta al hocico del toro, y como el toro metía ese hocico en la arena. Compases de gran belleza. Ni que decir tiene, que por el pitón izquierdo, ni un muletazo permitía.
Pinchó Castaño y como torero de raza que se caracteriza, al segundo encuentro lo mato recibiendo, dejando una estocada algo atravesada y desprendida. Oreja al oficio de Castaño con petición de la segunda, para una faena sin duda, emocionante.
Llegamos al sexto y ultimo toro de la tarde, de nombre Mecatero y con 581 kilos de peso.
Salió al ruedo Bolívar sabiendo que había posibilidad de puerta grande y recibiendo a un toro que mostraba un galope alegre y fuerte.
Gran tercio de varas con un toro que empujaba desde los riñones, llegando a dejar al caballo subido en el estribo en un primer puyazo con una vara bien colocada. Y en el segundo el toro volvería a empujar al caballo desde la raya hasta las tablas.
En la faena, Bolívar volvió hacer gala de su entender de estos toros. Toreando desde el primero momento con la mano baja y templando la embestida de un toro que galopaba muy fuerte, pero que a la vez metía la cara y humillaba con el hocico por la arena y si bueno era por el pitón derecho, mejor por el izquierdo. Mato Bolívar de estocada defectuosa, pero fulminante, rodó el de Victorino sin puntilla. Oreja con petición de la segunda
En definitiva, tarde interesante y variada en cuanto a comportamiento de los toros de Victorino. Y en cuanto a los toreros me quedo con la labor dominante de Bolívar, el oficio de Castaño y la mala suerte de Francisco Marco.