Ha llegado a mis oídos, a través de los “espurgabueyes” que un buen amigo del campo bravo en general, especialmente amante de los grises albaserradas (mis primos victorinos, adolfos y escolares), de los “cuadris”, de los “veragüas” de Prieto de la Cal y de mis hermanos encastados allá donde se críen, de nombre Pedro García Macías, está metido en el “lío” de escribir algo que merezca la pena para esa web de nombre El Chofre que según mis informantes se interesa por lo que nos pasa y reivindica nuestro protagonismo en eso que llaman nuestra Fiesta, o sea la Fiesta de los Toros. Como me considero encastado y bravo, lo que supone que me gustan los retos y acudir al cite con prontitud, se me ha ocurrido enviarle estas líneas (así le evito trabajo) por si tiene a bien remitirlas al maestro Toni, según me cuentan responsable de esa web de magnífica presentación y contenido, por si le parece oportuno sacarlas a pasear en la misma.
Bueno creo que debo decirles que me estoy criando en el campo bravo, soy un utrero melocotón de pinta, mi encaste supongo que se imaginan cual es. Aunque suene a prepotencia debo comentarles, según lo que me ha contado mi madre, que tengo muy buena reata, y sé que mis hechuras dan que hablar.
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Con este bagaje espero poder tener la oportunidad, cuando cumpla mi edad de toro, de demostrar mi casta y bravura. No estaría mal en Madrid en San Isidro o en plazas de importancia donde se presupone que se nos cuida nuestra integridad y trapío, por pedir que no quede, verdad?...aunque ¿por qué no? no estaría tampoco mal que esa efeméride fundamental en mi vida se produjera en el Coso del Cerro de San Albín de Mérida, que es plaza de 2ª que fue importante hace bastantes años, pero me llegan rumores de que actualmente las más de las veces no se acerca ni a una de talanqueras, porque mis primos que salen por toriles dejan mucho que desear en cuanto a casta, trapío y presentación, pero ellos no tienen la culpa, Uds. saben mejor que yo quienes son los responsables.
Me gustaría poder intentar conseguir mantener mi vida obteniendo el indulto, si demuestro lo que para esa gracia especial exige el reglamento, para luego en la dehesa, después de curarme, padrear y vivir la vida más privilegiada y placentera que cualquier otro animal pueda desear....o más todavía, puesto que soy muy osado y soñar no cuesta nada, esperar que mi ganadero no se equivoque, todavía está a tiempo, y me elija para quedarme padreando y transmitiendo lo que llevo dentro simplemente por reata y hechuras, o porque lo gané en el tentadero.
Estas cosas que os cuento, son cosillas mías que me “reburdean” por los adentros, que me gustaría transmitir a los aficionados cabales, a los que según tengo oído también a los “espurgabueyes”, alguno taurinos y taurineadores llaman los del “autobús” o incluso de la “tartanilla”, porque dicen que no son muchos, es una pena pues me da que como nuestra casta habría que declararlos “especie en peligro de extinción especialmente protegida”. También me han contado que se afanan en la recuperación y el mantenimiento de las esencias de la Fiesta, lo que es de agradecer con la que está cayendo, pero tengo claro que son ellos los que no se olvidan de defendernos cuando ven lo que sucede, porque nosotros no podemos.
¿Y qué decir de esas barbaridades que a veces nos hacen y soportamos, se pueden imaginar, que de mala manera?. Por supuesto no me refiero a esas necesarias y fundamentales faenas camperas como la de destete y deshaijado (triste por la separación que supone de nuestras madres), el herradero, los saneamientos, la tienta (en la que nos la “jugamos”), curas, embarque, etc..., que nos hacen nuestros amigos ganadero, mayoral y vaqueros, que nos cuidan en la dehesa a lo largo de nuestra maravillosa vida, para que luego podamos demostrar, cuando nos dejan, nuestra bravura en la plaza, ni por supuesto me refiero a las inevitables peleas entre nosotros, pero SI me refiero, por supuesto, a esas prácticas ignominiosas que a veces nos practican como son la manipulación en todas su variantes, para mermar nuestras defensas, fuerza y poder.
¡Ah! una curiosidad que no quiero que se me olvide. Parece ser que algunos nos ponen unas horrorosas fundas, dicen que para preservar el deterioro de nuestros pitones y para que no nos hagamos daño entre nosotros y me pregunto yo ¿entonces para que quiero mis defensas tal como se desarrollaron desde que me parió mi madre, sin someterlas a estos inventos, que no deja de ser una zambra, con lo mal que nos sienta y denigra a los que somos encastados, el ir y venir al mueco para manipular mis astas?,...entonces me pregunto nuevamente ¿por qué luego algunos de ellos, según cuentan los papeles, nos practican el “afeitado”?... no se, no se, algo falla.
Y luego están esas otras “artimañas y trucos” en la plaza, a los que nos someten los “profesionales” durante nuestra “lidia”. Todas estas triquiñuelas y corruptelas, con la que nos ofenden de forma sangrante, se practican sin que quienes tienen el deber de velar por nuestra integridad hagan nada al respecto por evitarlo. Por otra parte es muy de agradecer que haya ganaderos y profesionales, tanto veterinarios, como presidentes y toreros, los menos, que se oponen con valentía a estas historias. Nuestros amigos aficionados saben que de estos desaguisados que pasan en la Fiesta, no son nuestra culpa, porque nosotros somos los únicos que no tenemos la culpa absolutamente de nada.
Si mi belleza, casta, trapío, bravura, fuerza, fiereza, agresividad, movilidad, nobleza, transmisión y todas aquellas características que cuando se tienen, como las tengo yo (no me pidan modestia) hacen que de ser clasificado como un semoviente de la especie que me corresponde se me considere una categoría superior, la de un toro de lidia, me hace pensar que por todo ello somos acreedores del mejor de los tratos.
Es conocido por Uds. y por nosotros que en general hoy los ganaderos nos seleccionan por nuestra “toreabilidad y duración” (qué inventos) en la muleta, lo que conlleva que esa fundamental suerte de varas sea o un simulacro o una carnicería, lo que impide que podamos emplearnos como es debido en esa emocionante pelea en el caballo, sin darnos opción de demostrar lo que llevamos dentro.
Creo que son pocos hermanos míos, los que tienen ganaderos que buscan seriamente nuestra casta a través de una selección adecuada para con ello mantener las raíces de la Fiesta y los más pertenecen a ganaderías de ganaderos “dominados” por los taurinos, que más parecen torifactorías para hacer “toritos” a medida cual sastrería. Esto último me produce mucha pena y tristeza, porque este afán comercial pone en peligro nuestra supervivencia, y no me cabe duda que somos un valor genético cultural a preservar con fuerza, de ahí mi agradecimiento a quienes luchan por esta causa.
Supongo que en la plaza para poder desarrollar lo que llevo dentro necesitaré que quienes me toquen en suerte para lidiarme, con su valor, oficio y conocimientos, y por qué no arte, me lo permitan, en lugar de taparme con su torpeza, incompetencia e ignorancia...o la carencia de lo mínimo que se les supone que es el valor.
Para finalizar, quiero que sepan quienes hayan leído estas humildes líneas que el día que salte al ruedo procuraré emocionarles, si están Uds. en el tendido como así me gustaría, con lo que llevo dentro que no es otra cosa que casta...si me lo permiten...y daré un triunfo sonado al torero que sepa hacerme las cosas bien, desde que salga por la puerta de toriles, no lo duden, porque soy agradecido, pero listo que no tonto y por ello aprendo rápido lo bueno y lo malo que se me haga y reconozco que la casta genera complicaciones, por eso ¡pido toreros capaces de hacerme la lidia adecuada!, ¿les parece mucho?.
