por Juan Antonio Hernández
El Chofre
Tres novilladas y una asociación. No nos cansaremos de alabar a la ADAC de Parentis en Born. Una cuadrilla de amigos y sobre todo de aficionados. Otro año más su trabajo y su amor por la fiesta ha sido recompensado con creces con el reconocimiento de toda una afición taurina.
Pero esto, si se me permite, lo plasmaré en otro artículo otro día, pues no corre prisa. Corre más prisa, sobre todo para algunos, el escribir la reseña de las novilladas. Parece ser, de un tiempo a esta parte, que hay que ser como los juntaletras, como los vendidos, a ver quien es el primero en decir las tonterías de turno. En nuestra página, como no tenemos que cobrar nada de nadie, las crónicas se escriben cuando nos da la gana, porque las cosas de los toros tanto si son buenas como si son malas son intemporales. Pero ahora que he buscado un hueco, voy a aprovechar para juntar unas pocas letras.
Empezamos por el principio. Valdellán, la novillada del ganadero que busca la bravura pero con “toreabilidad” Y así salio la del sábado día 4, novillada buena y además “toreable”.
A estas alturas ya se que todos los aficionados habrán puesto el grito en el cielo con eso de la toreabilidad. Totalmente de acuerdo, a mí tampoco me gusta el término pues eso de la toreabilidad en todo caso debe ser consecuencia de la bravura acompañada de nobleza. El seleccionar en las tientas sin más la toreabilidad no es ni más ni menos que domesticar los toros. Y ahí se anda sobre una línea tan delgada que enseguida se puede pasar de un toro bravo a un borrego domesticado y los ejemplos son infinitos y sobre todo que en esto de la toreabilidad es donde se asienta la fiesta moderna o mejor dicho la fiesta circo.
Pero como lo que tengo que juzgar es lo de la tarde del sábado, sin hacer concesiones al futuro, entonces tengo que decir que la novillada salio excelente y además con distintos comportamientos de los toros, lo que le dio un plus de emoción a la tarde, pues en ningún momento ves como ocurre con las borregas domesticadas que desde la primera hasta la última salen iguales. Hubo variedad de comportamientos.
Excelente presentación, era una verdadera corrida de toros, se emplearon todos en el caballo, incluso el primero que salió inválido, si bien lo pusieron más de lo que estaba. Algo le pasaba en los cuartos traseros. Defecto o problema que si se le hubiera templao y toreado sin trallazos hubiera dado más juego. Pero bueno, tampoco le podemos pedir a los novilleros que sean Enrique Ponce el enfermero. Preguntado al ganadero, la respuesta fue que a ese novillo se le había dado mucha estopa por parte de sus hermanos y había sido montado muchas veces, con lo cual es posible que fuera esta la causa. El numerito de las banderillas al estilo del esquiador o del Ferrari tampoco ayudó en nada al novillo. Imanol Sánchez fue su lidiador e insisto no estuvo a la altura del novillo, más sitio, no debió ahogarlo, y sobre todo no tomarse tantas ventajas, aunque esto es cosa común en todos los novilleros.
En cuanto al segundo fue muy reservón, escarbando toda la lidia, tomó dos varas empleándose, Luego tampoco fue entendido. Solo había que dejársela puesta, aunque aguantándole un poco, y hubiera sido otra cosa. Pero Cayetano Ortiz tampoco estuvo por la labor, lo importante es siempre dar mantazos fuera cacho, con lo bueno que hubiera sido LIDIAR.
El tercero correspondía a Antonio Puerta. Echa las manos por delante y lo dejan que se estrelle contra el caballo, se emplea en el primer puyazo que le propina el varilarguero en la paleta. Dos puyazos más empleándose. Mantazos y más mantazos que el toro toma con nobleza y humillado, no se sabe porqué coño se toman tantas ventajas cuando deberían ponerse a torear y reventar la tarde con semejantes animales.
Precioso el cuarto, que echa también las manos por delante en el capote. Cuatro veces va el novillo al caballo, con el varilarguero dándole candela y en cualquier sitio y ¡ojo! en el cuarto derriba. Dos penas, una que a este picador se le diera un premio y la otra que el novillero Imanol Sánchez volviera a reventar al toro en banderillas con las carreras y los saltos de circo. Destoreo y más destoreo, a un toro que se merecía otra cosa y sobre todo no tantas ventajas. La vuelta al ruedo del toro muy generosa, como la oreja. Decir que este toro al final se rajó por completo y fue a morir a la puerta de chiqueros.
El quinto otro gran toro que tomó otras tres varas. Luego en la lidia, totalmente desaprovechada su codicia, su nobleza y su humillación.
El sexto fue el que menos se empleó en el caballo, saliendo siempre rebrincado de los malos puyazos del picador. Por descontado que a pesar de ir siempre para adelante y humillado el novillero Antonio Puerta no fue capaz de sacar un muletazo bueno.
Con la sensación de haber visto una novillada muy buena, hay que ponerle un PERO. Decíamos al principio aquello de la toreabilidad, ¿será por esto que a todos les salio su punto de mansedumbre y fueron a morir a tablas, incluso tres en los chiqueros? Este es el miedo que nos da eso de la toreabilidad, que se seleccione por ese vocablo de nuevo cuño de los taurinillos y se termine con borregos domesticados. Al final se pidió al mayoral que saliera a saludar al tercio donde recogió una gran ovación.
Con las ganas y la ilusión de seguir disfrutando de un día grande de toros, el domingo nos fuimos juntando en la plaza los aficionados que habíamos venido desde distintos lugares, bueno mejor dicho, todos de Francia y yo el único de España. Malos augurios, con el cielo tirando agua como si nunca hubiera llovido. Y lo que nos temíamos, la novillada de Raso del Portillo se suspendió.
Con la esperanza de que por la tarde se diera la de Flor de Jara, nos pusimos a comer una paella buenísima que habían preparado los amigos de Parentis. Eso si todos mirando al cielo y preguntándole a Sergio las posibilidades que había de que se celebrara la novillada por la tarde. Por fin a las 15h, como estaba previsto por los servicios metereológicos, paró de llover y todos a trabajar para arreglar el ruedo, pero esta es otra historia.
Bueno, Flor de Jara. ¿Cómo se les quedaría el cuerpo si decimos Flor de Domecq? ¿Cómo se les quedaría el cuerpo si decimos que las fundas una vez más nos dan la razón que en vez de proteger los pitones, no los dejan crecer fuertes y en la lidia se quedan los novillos o los toros sin ellos?. ¿Cómo se quedarían si una vez más los condones nos dieran otra vez la razón diciendo que, los novillos o los toros, salen derrotados de los muecos cual perritos domesticados?. ¡Que seguimos sin tener razón, no! Bueno, pues nosotros seguiremos insistiendo que, aparte de ser otro fraude más, los inconvenientes de los condones son muchísimos más que los beneficios, no ya solo para el aficionado, por los motivos que antes hemos comentado, sino porque es triste ver como un ganadero después de criar sus toros en bravo para la afición, lo emborrone con este comportamiento y con ese sofoco de ver salir sus toros o novillos sin pitones o ponerse como brochas cuando chocan con burladeros o en el peto de los caballos.
Pero allá cada cual. La novillada no sirvió para nada, pero ojo fue de esas que uno no sabe si los novillos estuvieron por encima de los novilleros o al revés. Lo cierto y triste es que ni unos ni otros. Fue una tarde soporífera sin ninguna emoción, casi todos los toros blandearon, los picadores masacrando y los novilleros sin saber por donde les daba el aire. Decir que la presentación de los novillos fue impecable, salvo el tema de los pitones, pero ojo que salir salían por lo menos con las puntas bien… pero en cuanto entraban al caballo salían de aquella manera.
¡Buena tarde de los subalternos!, es un decir, porque desde los burladeros fueron el hazmerreír de la afición de Francia con aquello de ¡¡¡bieeeeeeeeemmmmmmm!!!. Que ridículos.
Poco más que decir bueno mejor dicho mucho más pero lo contaremos en otro momento.