Pedro García Macías
El Chofre
Al hilo de que hace unos días ha finalizado esa denominada, por la “troika” que gestiona la que parecía ser la “1ª plaza del mundo”, como Feria del “Arte y de la Cultura”, que cosas, por una parte el “arte” de algunas de las figuritas “artistas” del G 10 con el “torete artista” al compás y por otra la “cultura”, auspiciada y jaleada por el gabacho hacedor de “peinetas” de buena calidad, de unos “culturetas gorrones” vendedores de humo en una carpa y en el callejón, me viene a cuento dar un poco de cancha a la “artesanía”, que como contraposición al “arte” citado anteriormente vendría a ser el toro que denominan “duro” cuando simplemente es TORO, con el torero de segundo nivel, los que llaman “guerrilleros”… pero no, no me voy a referir a esa “artesanía” ni a la que encarna la verdadera definición de esa palabreja que según Eutimio Tovar Rodríguez [] es "toda técnica manual creativa, para producir individualmente, bienes y servicios”, por cierto soy un verdadero admirador de estos artesanos y sus artesanías, sino a otros “artistas” que pululan a sus anchas por la fiestecilla circo.
¿Qué tal si hablamos brevemente de la otra “artesanía”, la que se practica en el campo bravo y en los corrales de plazas de toros?. Me explico, esa que tiene como materia prima el toro, más concretamente sus cuernos, como “artesanos” a veterinarios, mayorales y vaqueros a las órdenes de sus jefes “ganaduros”, cuando en lugar de realizar esas importantes funciones que tienen en el campo bravo en esos momentos de poner en práctica esa “artesanía” chapucera se convierten en serrucheros, afiladores, ortopedas y ponedores de condones, utilizando como instrumental amoladoras-radiales, serruchos, escofinas, limas, lijas, materiales de aplicación como betún, resinas de polietileno, vainas de cartuchos, tuercas y para aquello del strés algún tranquilizante inyectable y como “mesa de trabajo y de operaciones varias” el “MUECO”, ofendiendo así de forma brutal la integridad, la casta, la fiereza y pujanza de este bello animal.
Por si acaso no se me entiende bien, es bueno recalcar que me refiero al afeitado, al enfundado y al afilado de los cuernos (aquello de sacar punta para que sean “muy astifinos”), es decir a esta “artesanía” del fraude y de la manipulación, que se exige por las figuritas, que se acepta mayoritariamente por los ganaderos y lo compran y a veces también lo “exigen” de forma insinuante y sibilina los empresarios, sin que se denuncie por los plumillas y se tomen medidas por la administración, se acepta por el público e inclusive por aficionados de forma resignada porque se hace de manera habitual… Es bueno y saludable, que como “de lo que no se habla no existe”, una vez más hay que denunciarlo y decir ¡¡¡BASTA!!!, como venimos haciendo aquí desde siempre.
Bueno ya está bien de rollo y como una imágenes valen más que mil palabras ahí van.