Eduardo Andrés Herce, expresidente del Club Taurino Logroñés
“La Fiesta depende de cuando manden unos u otros. Si es el aficionado el que lleva la batuta, el espectáculo mantiene firme sus raíces, pero si las masas devoran a los aficionados, todo el toreo se tambalea.” Pepe Luis Vázquez
La temprana presentación este año de los carteles de la Feria equino-taurino-musical de San Mateo, ha suscitado las habituales controversias y discusiones en los corrillos taurinos logroñeses, aunque cierto es que cada vez con menor tono e intensidad debido al hastío generalizado existente entre los aficionados de nuestra ciudad. Comentarios hay para todos los gustos como es lógico, pero predomina una opinión bastante mayoritaria referente a la gran importancia cuantitativa que ha adquirido la caballería en la programación de nuestra ciudad.
Toda la vida habíamos oído decir a nuestros mayores que en Logroño gustaba mucho el caballo, pero se sobreentendía que referido al primer tercio de la lidia ordinaria. Y va y resulta que no, que lo realmente importante, lo que prima y priva en nuestra ciudad nos dicen ahora los responsables de la programación que es todo lo relacionado con lo ecuestre. Es probable que esta situación provenga de un error en la interpretación de las enseñanzas taurinas adquiridas por algunos a lo largo de los años al haber escuchado tantas veces: “lo importante del toro es su comportamiento ante el caballo”, “donde de verdad se ve al toro es frente al caballo”, “cuantas mas veces vaya el toro al caballo mejor”. Estos veraces mensajes tantas veces repetidos pero interpretados, sin querer, de forma errónea, han debido ser la causa de la gran preponderancia que se ha otorgado a la programación equina en Logroño con la presencia, ya marcada durante bastantes años pero de forma muy acusada en esta Feria, de muchos toros ante el caballo…. de rejonear. ¡Ver para creer que la antaño respetada Feria de San Mateo haya devenido en esto!
Y para poder examinar el tema en toda su dimensión, se ha realizado un cuadro comparativo referido a las ferias de varias ciudades de nuestro entorno y que, en aras de una mayor homogeneización, se ha elaborado escogiendo cuatro de ellas donde la Casa Chopera tiene presencia empresarial, bien con libertad total de programación (dos de ellas) o bien con gestión determinante en la confección de los carteles (las otras dos).
| Novi-lladas | Corridas de lidia ordinaria | Corridas mixtas | Corridas de rejones | Total de reses a lidiar | Toros para rejones | Porc. de rejones s/ total reses |
S.Sebastián 2012 | 0 | 4 | 2 | 0 | 36 | 4 | 11,1% |
Bilbao 2012 | 0 | 8 | 0 | 1 | 54 | 6 | 11,1% |
Santander 2012 | 1 | 6 | 1 | 1 | 54 | 8 | 14,8% |
Logroño 2011 | 0 | 5 | 1 | 1 | 42 | 8 | 19,0% |
Logroño 2012 | 0 | 4 | 1 | 1 | 36 | 8 | 22,2% |
Como claramente se aprecia Logroño resulta ser la líder absoluta en cifras porcentuales y además los números van en franca progresión. Este año andamos casi en la cuarta parte de toros para rejones sobre un total de 36 astados. No está mal el dato. Llevamos camino de convertirnos en la envidia de todo el orbe taurino nacional, si es que no lo somos ya. Claro que el asunto adquiere otro cariz si lo que se compara con Logroño son los contenidos que aparecen incluidos en las otras programaciones. Por ejemplo, en corridas para rejoneadores se anuncia en Bilbao a Mendoza, Galán y Leonardo, mientras que Santander incluye a Mendoza, Ventura y Leonardo. En las mal llamadas corridas mixtas aparecen en San Sebastián Mendoza, Ponce y Manzanares. Y por no extendernos más solo indicaré que en lidia ordinaria Bilbao y San Sebastián programan ambas una tarde a Morante, Juli y Talavante. Comparen, comparen con San Mateo; aquí pintan bastos y ya no somos tan envidiados. Parece ser que siempre nos toca a nosotros la parte estrecha del embudo, pero tal hecho no está causado precisamente porque el precio de las localidades en Logroño sea inferior a los de esas plazas, que no lo es, se lo aseguro.
Más no queda ahí la cosa. La capacidad de la Casa Chopera para sorprendernos no parece tener límites. Este año, además de los altos porcentajes ecuestres ya descritos, nos ha preparado algo sorprendente y nunca visto por estos lares: una feria taurina interruptus ¡Con un par! En efecto, en medio de la programación aparece el miércoles 19 sin festejo taurino alguno, algo así como una “jornada de reflexión”. En tiempos de D. Manuel tamaña afrenta no se hubiera consumado, pues conocedores todos de su rigor y gran afición taurina, podemos estar seguros que la opción elegida hubiese sido una magnífica novillada con los tres primeros espadas del escalafón lidiando una ganadería de postín, quizás, aquí sí, con un caballero montado por delante para reforzar el cartel. Pero no se preocupen, los propietarios de la plaza en consonancia con los supuestos gustos caballares del público de Logroño, han resuelto la incidencia programando para esa tarde, pásmense ustedes, ¡otro magnífico espectáculo equino!: “El Rebolillo, Duende ecuestre”. Esto ya es, como se dice en riojano, para mear y no echar gota. Y como siempre, solo nos quedará el manido recurso de aullarle a la luna mientras recordamos pasados tiempos taurinos bastantes más gloriosos, o como segunda opción deshojar la margarita sobre la conveniencia de recoger el abono o no.
Y dando ideas por si el próximo año volvemos a tener otra feria interruptus o incluso doblemente interruptus, que ya estamos curados de espanto, me permito sugerir la posible inclusión de otro bello espectáculo, con el caballo también como principal protagonista: La rapa das bestas; es muy bueno, se lo aseguro.
Más no todo van a ser noticias negativas. En efecto, varios aspectos positivos van a surgir con esta programación revolucionaria. En primer lugar el magnífico pabellón multiusos de poco sabor taurino donde esporádicamente se celebran corridas de toros en nuestra ciudad, pasará a denominarse a partir de ahora “Hipódromo de La Ribera”. Con ello se corregirá la anómala titulación que ostentaba hasta la fecha, propiciada por un vacio legal en la vigente reglamentación, que permitía denominar como plaza de toros a un edificio que no reunía las características necesarias para detentar tan noble titulación. Porque tal como afirma José Carlos Arévalo “las plazas de toros tienen que parecerlo”, pero es que además dicho recinto carece en la actualidad de dos elementos indispensables para poder ostentar el solemne nombre de Plaza de Toros. A saber: una Puerta Grande por donde puedan salir aupados en hombros los matadores triunfantes, y un Palco Presidencial digno de tal nombre, porque suena a chiste otorgar en Logroño esa denominación a la chabola tercermundista situada en el tendido 1. Además esta nueva titulación desterrará para siempre el empleo por parte de algunos del horroroso nombre “Coso de La Ribera” y cerrará definitivamente el paso a la posibilidad, barajada en determinados círculos, de denominarla como “Madre de Dios Arena”, lo cual ya hubiese sido como para echar a correr.
Otra consecuencia de índole menor que acarrearán estas circunstancias tendrá que ver con el whisky que de forma exclusiva se servirá durante esta Feria en los bares de La Ribera, que por supuesto será White Horse.
Y por si no se lo imaginan, les diré quien va a estar especialmente afectado por todo lo relatado en su condición de paganini-benefactor-caballar. Es fácil deducirlo: el repetidamente puteado, despreciado y cada vez mas escaso sujeto pasivo que ostenta la condición de abonado en el Hipódromo de La Ribera. ¿Por qué? Pues además de que no goza de ventaja alguna excepto la reserva de su localidad si pasa por el aro todos los años sin excepción (pueden consultar en internet ó revistas especializadas los descuentos para abonados existentes en multitud de otras plazas), a estos casi extintos abonados en un elevado porcentaje les suele gustar bastante la lidia ordinaria y muy poquito el toreo a caballo, pero deben pagar un pastón para adquirir íntegro un abono donde el 22,2% de los toros serán para rejones y a los que presumiblemente no acudirán. Por el contrario, el espectador al que solo le guste el arte ecuestre se presentará en taquilla y retirará tranquilamente sus entradas únicamente para los días de “los caballitos”, pasando olímpicamente del resto de la programación taurina.
La pregunta lógica que surge es ¿por qué van siempre unidos en el mismo abono los festejos normales y los de rejones, si no son lo mismo y además se parecen poco? o ¿por qué no hay abonos independientes? Esta cuestión le fue planteada por un abonado a D. Oscar Martínez en la presentación de los carteles y su seca respuesta fue: “Si a Ud. no le gustan los rejones es su problema, no el mío”. Sin comentarios.
Ahora les ruego que relean las palabras del maestro Pepe Luis que encabezan este escrito.