Hoy me descubro ante ustedes en señal de respeto y agradecimiento para hacer mi último paseíllo en El Chofre.
Hay momento en la vida en los que una persona debe tomar decisiones. Algunas son muy duras, otras, no lo son tanto. Ésta que hoy les descubro no por ser más meditada y madurada durante más tiempo deja de serlo.
Tiempo llevaba dándole vueltas a la cabeza sobre esta retirada. Mis compromisos laborales, cada vez más crecientes, y la llegada del nuevo miembro a la familia iban a hacer difícil cumplir con mis compromisos en esta que siempre será mi casa.
Los últimos acontecimientos y el desagradable desencuentro con el poder mediático al servicio del sistema taurino han terminado de hacer el resto.
Soy un humilde aficionado de a pie, un simple aficionado que lleva esto en la sangre. No vivo de esto, nunca lo he hecho y tengo muy claro que nunca lo haré. Todo lo que hecho en esta vida relacionado con la fiesta de los toros ha sido por simple y llana afición, por amor al arte, vaya.
¿Qué necesidad tengo de verme envuelto en la sinrazón del insulto por pedir respeto hacia un aficionado? ¿Qué necesidad tengo de aguantar acusaciones basadas en la mentira con el único objetivo de hacerme daño en lo personal? (aquellos que me insultaron debieran buscarse fuentes más fiables pues la plaza de toros de Eibar sigue en pie y en activo) ¿Qué gano, por tanto, en mi condición de aficionado que siempre ha intentando ir de frente y por derecho sin callarse lo que piensa? En los últimos días un aluvión de insultos y un juicio mediático hacia mi persona por parte de personas que no me conocen de nada y que, dicho sea de paso debieran tener el mismo valor que tienen a la hora de insultar a los aficionados cuando hacen juicios de valor sobre figuras, ganaderos y empresarios.
Me voy con la conciencia tranquila, con la satisfacción de haber cumplido con mi deber de aficionado que no era otra mas que el defender la fiesta que quiero allá dónde pudiera. Siempre lo hice, con pasión y vehemencia, con convicción, con mayor o menor acierto, pero ante todo y sobre todo con la independencia que da no deber favores a nadie ni querer aspirar a nada más que seguir siendo un simple aficionado.
Hoy me corto la coleta. Muchos podrán estar tranquilos. Les prometo que no volveré. Y les puedo asegurar que, a diferencia de la de otros, mi palabra vale.
No piensen que abandono mi afición, eso nunca. A partir de ahora prefiero vivir la fiesta de otra manera, desde mi localidad de tendido pagada con el dinero de mi bolsillo tal y como hice siempre, con la misma independencia que me ha acompañado toda la vida, pero desde la discreción y la tranquilidad.
Es probable que me vean menos por algunas plazas de las que soy habitual. Afortunadamente vivo muy cerca de Francia y poder disfrutar de mi afición en esa tierra es poco menos que un lujo. Emigraré muchas tardes a plazas donde se vive el toro, donde el aficionado tiene criterio, exige y manda. Me apetece disfrutar de esa fiesta sin engaños gestionada desde la afición y no desde los intereses de despacho donde siempre hay tres elementos que nunca fallan: integridad, afición y emoción.
Me voy sin rencor ni nostalgia. En esta vida no merece la pena tener gatos guardados en lo profundo de la barriga ni vivir de recuerdos pasados. Nadie es imprescindible, por eso, sé de sobra que a partir de hoy esta casa queda a buen recaudo. Toni, Pedro, Iñaki, Boris, Costi, Ernesto, Salva….seguirán defendiendo esa fiesta que añoramos tan bien como siempre lo hicieron. A partir de hoy seguiré vuestros pasos desde la barrera, y, de cuando en vez me permitiré hacer algún “quite” en forma de comentario en vuestros artículos y a través de mis perfiles en las redes sociales.
A todos aquellos que algún día dedicaron un minuto de su vida para leerme, mi más profundo agradecimiento, a todos aquellos que habéis compartido el valor de dar la cara en esta nuestra casa que el El Chofre, toda mi fuerza y mi ánimo para que sigáis luchando por esta fiesta que agoniza.
En este que se despide siempre tendrán un amigo, un humilde aficionado con quien compartir esta bendita afición por la fiesta de los toros.
Fue un placer. Hasta siempre.